Dicen que cuando la marea sube, todos los barcos flotan. Este viejo dicho no podía ser más cierto cuando se trata del uso y aplicación de Business Intelligence (BI) en el cambiante paisaje empresarial actual.
Por un lado, la gran cantidad de datos ha supuesto grandes avances en tecnología que han permitido el procesamiento y aprovechamiento de esta información de una forma mucho más rápida.
Por otro lado, ha surgido una nueva generación de responsables que toman decisiones basadas en datos, pero que carecen de los conocimientos técnicos para crear su propia información a partir de cero.
Esta tendencia es quizá más evidente en las medianas empresas que han logrado suficiente crecimiento para corroborar un modelo empresarial sólido, sin la carga de una lenta burocracia informática. El estudio de Aberdeen demuestra que las principales empresas del mercado medio son capaces de llegar hasta este público que carece de conocimientos técnicos para proporcionarles soluciones BI más sencillas que permitan resultados empresariales tangibles.
Las decisiones basadas en datos obtenidos mediante el uso de herramientas de análisis de negocio no solo están reservadas a grandes empresas solventes y con mucho personal.
