Cinco pasos para una estrategia digital exitosa
Los rápidos cambios en la tecnología están creando un nuevo paradigma en la forma en que las empresas realizan sus negocios. Las condiciones del mercado, las expectativas de los clientes, y las funcionalidades de la tecnología están transformando los procesos a una velocidad de vértigo, que se incrementará en un futuro cercano. Estos cambios obligan a las empresas a tomar un cambio de rumbo y a modernizar sus operaciones, desde la infraestructura de TI, hasta la integración de las soluciones, roles del personal, mejores prácticas operacionales e implementaciones, etc…
Esto no es una tarea de un día para otro. Las compañías deben parar y planificar su estrategia para ser una empresa digital en el futuro. Pero si todavía no ha empezado a implementar conceptos innovadores de tecnología como el internet de las cosas (IoT), Big Data, Movilidad y la Nube, este es el momento de arrancar. Esperar es una decisión de mucho riesgo.
¿Cómo se identifica a una empresa digital? Este término se refiere a la presencia de soluciones de TI avanzadas e interconectadas, que permiten que las empresas utilicen los datos de una forma estratégica, proactiva, centrada en el cliente y rentable. En general, involucra a varias soluciones interoperables, y muchas veces alojadas en la nube. Algunas empresas ya han adoptado soluciones de próxima generación y ya están beneficiándose con los resultados.
A día de hoy, una estrategia digital es tan esencial, que es sinónimo de un plan de negocios. En un documento reciente, Deloitte afirma: “en el mundo actual altamente conectado, la estrategia digital es la estrategia del negocio. Es desarrollar funcionalidades digitales e integrarlas en la organización para crear una empresa intuitiva. Una organización realmente intuitiva integra las iniciativas de toda la empresa, implementa regularmente tecnología innovadora y utiliza las funcionalidades digitales para conocer y moldear el mercado. Se lograrán enormes eficiencias a medida que los negocios continúen gestionando tecnología digital internamente”.
Cualquiera sea el aspecto de la industria que consideremos, hay un elemento que vincula todo el sector: los datos.
Volverse una empresa digital, requiere un planeamiento avanzado. No es un tarea sencilla, ni tampoco existe una formula única que se compra e instala, que trasforme la organización en una empresa digita. Es un proceso que frecuentemente involucra etapas múltiples, experiencia externa, inversiones, y compromiso. Si no se cuenta con el soporte de los ejecutivos y el presupuesto, el plan está condenado al fracaso.
A continuación, le mostramos algunos de los pasos a seguir para lograr una estrategia digital exitosa:
- Priorizar metas y establecer la estrategia.
Saber qué se quiere lograr y porqué.
Ser específico con los objetivos para poder medirlos durante el progreso.
Establecer metas realistas.
Mantener la satisfacción de los clientes como parte central de la estrategia.
Incluir una estrategia definida y como se hará la medición del progreso.
Priorizar y seleccionar metas tempranas para lograr avances en el corto plazo.
- Crear equipos de trabajo, aprovechar la experiencia.
Establecer un equipo de distintas funciones con representantes de cada departamento involucrado.
Asegurarse de contar con un líder definitivo con capacidad para la toma de decisiones.
Definir claramente los roles de los miembros del equipo y las expectativas. No puede ser un proyecto de baja prioridad que recibe atención intermitente.
Invertir en crear el equipo y empoderar al personal interno para realizar investigaciones y ser expertos en tareas o temas específicos, como análisis de datos, herramientas de configuración, o sistemas de control de calidad.
Separar los roles en segmentos manejables, siendo cuidadosos de no sobrecargar a ninguno de los miembros o departamentos.
Involucrar tanto a los escépticos como a los entusiastas en la estructura del equipo. Distintas perspectivas pueden ayudar a contar con una visión total del proyecto.
Confiar en expertos del mercado, consultores o proveedores de productos para ayudar en áreas muy especializadas. Dejar que los recursos externos traigan su conocimiento. Pedir casos de clientes y referencias.
- Optimizar las oportunidades del mercado.
Desarrollar un entendimiento profundo del mercado en cuestión, tener en cuenta el perfil de los compradores y el proceso de decisión de compra.
Explorar nuevos mercados, regiones, y nichos verticales.
Además de considerar la expansión, tener en cuenta la contratación, o la especialización en industrias verticales o mercado de nicho de manera de enfocar los recursos.
A medida que se establecen las prioridades, seleccionar las iniciativas que soportan los esfuerzos para reforzar las posiciones del mercado como también para capturar nuevas oportunidades. Ser oportunistas, manteniendo una perspectiva estratégica y de las expectativas reales.
Buscar oportunidades donde se pueda crear diferenciación del producto y oferta de propuestas de valor únicas.
- Implementar y controlar el riesgo.
Las empresas exitosas frecuentemente hacen el proceso en etapas al implementar sus principales iniciativas. Una implementación en etapas permite tener éxitos desde un comienzo y la posibilidad de redefinir las estrategias a medida que se avanza.
Comenzar con conceptos fundacionales y continuar a partir de ahí.
Asegurarse de tener lo básico definido antes de comenzar con estrategias más avanzadas.
Comenzar con tecnología que se utilizara en múltiples aplicaciones. Por ejemplo, el Business Intelligence se usa en casi todas las aplicaciones de una empresa digital.
Considerar herramientas efectivas para análisis y reportes, como pre requisitos para moverse hacia más aplicaciones de datos.
Monitorizar temas de calidad y seguridad. Como en cualquier otra iniciativa nueva, la integridad de los datos, la calidad y la seguridad deben considerarse. Involucrar a expertos para minimizar riesgos.
La mejora continua es un concepto importante. La perfección rara vez se logra en un primer intento.
- Evaluar y Redefinir.
Evaluar el proceso, realizando las correcciones sobre la marcha a medida que se precise.
Mantener a la organización informada del progreso. Apuntalar los logros y aceptar sugerencias para mejoras.
A medida que se vayan cumpliendo las metas hacia una empresa digital, establecer metas más altas.
No fijar objetivos muy bajos. A medida que crece la experiencia, también deben crecer las expectativas.
Medir la nueva facturación versus la inversión para calcular el retorno. Recordar que el ROI puede no ser tangible en cuenta a lealtad de los clientes, liderazgo reconocido, o posicionamiento como empresa experta en el sector.